Por Christian Marlin
Una de las situaciones más dramáticas que le puede tocar vivir a un pequeño productor es no poder vender lo que produjo con tantos costo y esfuerzo.
Periódicamente la prensa relata casos de pequeños productores desesperados que botan su leche al río, usan las papas para tapar los huecos de la carretera o que prefieren dejar que se pierda el café en el árbol antes que cosecharlo. Estas situaciones extremas que se repiten periódicamente, no son nada más que el reflejo de una situación de colapso de los mercados, provocado por sobre-producción o por derrumbamiento de los precios. En este preciso momento el precio de la papa en los mercados mayoristas no sobrepasa los 5 dólares el quintal cuando hace menos de 15 días bordeaba los 15 dólares. ¿Por qué? La respuesta es sencilla: Estamos entrando en la época pico de cosecha, 6 meses después de las siembras masivas realizadas con las primeras lluvias, mientras que el consumo de papa de la población sigue constante.